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Lesiones en pádel. Aprende a prevenirlas y sus síntomas

Lesiones en pádel. Aprende a prevenirlas y sus síntomas

- Categorías : Físico , Opinión

Hola a todos, hoy vamos a hablar sobre las lesiones en pádel, aprendiendo cuáles son sus síntomas y cómo prevenirlas.

No nos gusta lesionarnos, así que, siempre mejor prevenir que curar. En primer lugar dejadme que me presente.

Mi nombre es Javier Beloqui, y os doy la bienvenida a una nueva sección del blog en la que trataremos temas de fisioterapia relacionados directamente con el deporte que más nos gusta.

Antes de nada os contaré un poco sobre mí. Tengo 26 años y  acabo de finalizar 3º curso de fisioterapia. He jugado el circuito profesional de pádel (PPT y WPT) desde 2011 hasta que empecé a estudiar en 2014-2015. 

Actualmente solo compito como jugador a nivel comunitario y soy el fisioterapeuta del Centro Pádel Profesional en el Club de Pádel La Moraleja.

Hoy hablaremos del hándicap más importante en este deporte y el principal problema de mi retirada dentro del nivel profesional: las lesiones en pádel.

Os contaré que está en nuestras manos para prevenirlas, sus principales síntomas  y la manera más rápida y eficaz de abordarlas.

Según un estudio epidemiológico realizado por Maphre  en Julio de 2013 sobre las lesiones en pádel, concluyeron que las 3 lesiones más comunes fueron: los esguinces de tobillo (17%), las contracturas musculares (14,5%) y las epicondilitis  (8,5%).

Vamos a hablar un poco de cada una de ellas:

1. Esguince de tobillo

El mecanismo lesional más común es una torcedura de tobillo por fuera (posición de flexión plantar e inversión del pie). Estas lesiones en pádel es debida a los continuos y agresivos cambios de dirección en espacios cortos y rápidos, afectando a los ligamentos laterales externos. Podemos diferenciarlos en 3 grados:

  • Grado 1:  Esta lesión en pádel puede ser parcial del ligamento, en la que sus fibras se han distendido pero están intactas. No habrá casi limitación de movimiento y podremos caminar con apoyo total con dolor mínimo y sin inestabilidad. Al poco tiempo, podrá aparecer una inflamación leve. Puede ocasionarse al pisar una bola o por un mal agarre en nuestras zapatillas a la hora de desplazarnos. 

  • Grado 2: Lesión incompleta del ligamento en la que sus fibras están parcialmente desgarradas. Tendremos limitación parcial de movimiento, con dolor cuando apoyamos o caminamos. Sentiremos una sensación de inestabilidad moderada de la articulación del tobillo y aparecerá un hematoma/cardenal (equimosis) y un  hinchazón moderado.  Caer con el pie torcido después de un salto o pisar la pared cuando vamos para detrás sin mirar pueden ser factores de riesgo para este tipo de esguince. 

  • Grado 3: La lesión en pádel puede ser completa del ligamento, en la que sus fibras están completamente desgarradas (rotura). No podremos ni apoyar el pie ni caminar con una pérdida total de la función. Podremos observar una inflamación y un hematoma severo. Sucede cuando ponemos el peso de nuestro cuerpo totalmente encima de nuestro pie. 

Prevención

Para poder evitar lo máximo posible una torcedura de tobillo, debemos tener una articulación estable y fuerte. Para ello realizaremos ejercicios de inestabilidad y propiocepción de tobillo.  Por otro lado, es importante el tipo de suela en la zapatilla que utilicemos.

 

En este caso recomiendo usar la suela de “espiga” en pista de moqueta/césped.

Ya que es la que más agarre nos proporciona para este tipo de pistas que pueden llegar a resbalar bastante y una suela mixta o “omni” para pistas de “tenis quick” o duras.

No nos podemos olvidar de hacer siempre un buen calentamiento y estirar bien gemelos, sóleo y los peroneos. No entrar nunca a jugar en frío. 

 2. Contracturas musculares como lesiones en pádel

Son las lesiones en pádel de las más comunes, se dan sobre todo en la espalda. Una contractura muscular es una contracción persistente e involuntaria de las fibras que forman el músculo, de manera prolongada en el tiempo. La sensación que podemos tener es lo que se llama un “nudo”. La zona afectada la notaremos abultada o endurecida. La principal causa es producida por el sobreesfuerzo de la musculatura que no está preparada para aguantar esa carga. Lo podemos notar cuando queremos rematar con potencia o darle salida una bola. También se puede dar por esfuerzos repetitivos durante un partido largo en el que pegamos muchos golpes y sobre fatigamos la musculatura. En definitiva si no tenemos la musculatura preparada para ejecutar ese tipo de esfuerzos somos propensos a sufrir contracturas.

Prevención

Para poder prevenirlas lo máximo posible os voy a dar unos consejos:

  • Un buen calentamiento antes de jugar el partido. Trota a ritmo normal, con desplazamientos laterales, describiendo círculos con los brazos para calentar bien los hombros y espalda y movilizando bien articulaciones de las piernas y brazos. 

  • Hacer una buena entrada en calor con pala ejecutando los golpes de menos intensidad a más intensidad. De este modo los músculos más específicos irán entrando en calor y cogiendo flexibilidad, ir de menos a más. 

  • Y lo más importante y lo que más nos cuesta ESTIRAR al finalizar el partido o el entrenamiento. Necesario para mejorar la flexibilidad muscular y facilitar la recuperación del músculo. Lo óptimo es hacer estiramientos de 4 repeticiones de 90 segundos cada uno por grupo muscular. Aunque nos lleve tiempo, es necesario ya no solo para evitar contracturas si no para evitar lesiones musculares en general. 

3. Epicondilitis

Conocida como “codo de tenista”,  es una inflamación de los músculos extensores del antebrazo. Es decir, que aquellos músculos que van a extender nuestra mano, por microtraumatismos y  sobrecarga de estos.  Las principales causas de las lesiones en pádel son una mala técnica del golpeo, sobre todo en el golpe de revés. Una empuñadura incorrecta con grips no muy gordos, no impactar la bola bien delante de nuestro cuerpo generando un punto de impacto retrasado y palas de material duro (eva de alta densidad) que harán que se transmitan mucha vibración hacia nuestro antebrazo en el momento del golpeo. En cuanto a los síntomas, notaremos dolor en la parte externa del codo, al extender  la muñeca/mano. Lo notaremos también cuando cuando intentamos agarrar la pala, un apretón de manos o cualquier gesto que implica un cierre del puño fuerte.

Prevención
  • Una buena técnica sería golpear con el codo bien pegado a nuestro cuerpo y extenderlo en el momento del golpeo de la bola. Sobre todo del golpe de revés. 

  • Un grosor de la empuñadura que no debe ser ni muy gordo ni muy fino. Lo mejor es ir probando diferentes empuñaduras con distintos grosores y ver cual se ajusta mejor a nuestra mano. Asimismo tened en cuenta que nos permita un agarre óptimo. 

  • Usar palas no muy pesadas y goma blanda que absorban bien las vibraciones del golpe para que no se transmitan al codo. Pueden ser gomas soft eva o de baja densidad y palas de goma foam. 

  • Fortalecimiento de la musculatura extensora del antebrazo. Con una pesa de entre 1 y 6 kg o con goma elástica (con la que podamos hacer 15 repeticiones por lo menos) hacer movimientos de levantamiento o enderazamiento de la muñeca. 

 

  • Calentamiento de movimientos articulares de la muñeca antes de la actividad y estiramiento post-ejercicio ayudándonos con la otra mano llevando la muñeca a máxima flexión con un poco de rotación de antebrazo hacia fuera. 

Conclusiones

Para concluir recordaros que en cuanto tengamos estos síntomas no dudemos en acudir al profesional especializado.

Nos aconsejará en nuestro tratamiento y pautas de recuperación.

Un saludo y hasta la próxima.

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