Mis sensaciones de una experiencia en Berlín
Suena la alarma, las siete de la mañana de un sábado. Es pronto, con lo que cuesta levantarse después de un viaje en coche de seis horas casi seguidas desde Mönchengladbach hasta Berlin, prácticamente sin paradas para no llegar de madrugada el día anterior. Nunca me hubiera imaginado, que hace 2 años cuando empecé a jugar al pádel, recorrería Alemania casi de punta a punta, solo por un campeonato. Me encanta este deporte! Poco a poco el pádel en Alemania se está desarrollando aunque todavía no hay tantos clubs como uno querría, y los que hay están bastante separados, lo que supone un gasto enorme tanto en gasolina y casi siempre alojamiento, por no hablar del sacrificio de la familia, que siempre viene a apoyar y no se pierden un partido.
Me despierto, desayuno, y me preparo para salir. Queda media hora todavía hasta llegar a las pistas. Había posibilidad de alojarse al lado del club, pero uno no se puede perder la oportunidad de estar en el centro de Berlín. Cojo el coche, recojo a mi compañero que se alojaba cerca, y vamos los dos para allí. Cuando llegamos ya se nota por el ambiente que es un campeonato importante. Bastantes personas compartiendo experiencias, bolsas de pádel semiabiertas con palas asomando, compañeros y contrarios que ya están en la pista, calentando y cogiendo sensaciones de las 3 pistas.
Nos habían comentado el día anterior, que estuviéramos a las 9:30, para poder calentar tranquilamente, aunque nuestro partido empezaba a las 10:15. Que ganas de entrar en contacto con la pista ya! Hacemos un buen primer partido, al igual que el siguiente. Ganamos los dos encuentros y tenemos un pequeño descanso hasta jugar contra la pareja número 1 de Alemania. Ya los conocía de otros campeonatos aunque solamente había jugado contra ellos cuando empecé en esto. Así que lógicamente les tenía ganas. Hacemos un buen partido, sólo que ya no es suficiente con jugar bien. Contra los números uno de Alemania eso no vale. Perdemos, pero sin desilusionarnos. Está bien haber cogido las sensaciones de haber jugado contra ellos. Sólo ha sido la fase de grupos y con nuestras dos victorias del principio nos es suficiente para ser segundos de grupo y seguir avanzando.
Terminados nuestros partidos, nos disponemos a volver al centro, a dejar las bolsas y visitar Berlín, no sin antes charlar un poco con nuestros compañeros de torneo. Para mi es increíble ver tanta diversidad de gente. Es lo bueno de los campeonatos, al final llegas a conocer muchas personas. Al plantearme participar en el torneo creía que sólo habría gente local, Berlín está bastante lejos de cualquier club de pádel cercano y el desembolso que supone para un jugador que no es profesional es considerable. Sin embargo, veo que hay gente de todas partes, de Colonia, Múnich, españoles que viven en Alemania y jugadores llegados hasta de Polonia. Al fin y al cabo, es un adidas International Experience by Madison.
Al día siguiente toca levantarse pronto y prepararse tanto mental como físicamente para lo que viene. No solo los partidos, sino la vuelta a casa. Una vez acabado el torneo, habrá que salir pitando de regreso a Mönchengladbach, ya que el lunes hay que volver a la vida normal. Pero ahora no es momento de pensar en la vuelta. Hay que concentrarse y hacerlo lo mejor posible, no hemos recorrido 600 km para hacerlo a medias, hay que dejarse la piel! Empieza el partido, tenemos buenas sensaciones, y nos imponemos en el primer set. Teníamos una táctica que seguir, y la seguimos. Había que intentar cancelar el lado izquierdo que pensábamos tenía un nivel más alto e intentar poner presión en la derecha. Nos sale bien la jugada y pasamos a semifinales.
Habrá que esperar un poco ya que los partidos de las 3 categorías no cesan, pero no pasa nada, da tiempo a relacionarse otra vez con la gente. Es la parte agradable del torneo, siempre hay muy buen ambiente. Jugamos la semifinal, y aunque perdemos el primer set, conseguimos mantener un buen ritmo en el segundo y lo recuperamos. El tercero cae también de nuestro lado, y llegamos a la final. No podía ser otra que contra los mismos con los que perdimos en la fase de grupos, los número 1.
Sin embargo, esta vez comienza distinto. Mi compañero está pletórico. Creo que tiene muchas ganas de vencerles, y saca bolas imposibles. Defiende como nunca, y yo solo tengo que meter bola y cerrar bien los remates que me vengan. Conseguimos ganar el primer set, y casi hasta entra el gusanillo de que es posible la victoria. Pero los números 1 de ningún deporte imponen la lógica, y ya sea por la experiencia de haber jugado muchos más torneos, o simplemente por la calidad o serenidad del juego, nuestros contrarios se agencian los dos siguientes sets. Perdemos la final. Pero no con mal sabor de boca, ni mucho menos. Perder en 3 sets contra los número 1, es sólo una razón más para seguir entrenando más y más, cada semana, cada día. Al final, todo el mundo se esperaba que ganarían los de siempre con soltura, pero me quedo contento de que al final se lo hemos puesto difícil.
Ya solo quedaba la ceremonia de trofeos. Se entregan los premios, y como se ha retrasado todo unas 2 horas, tenemos que coger el coche y salir a toda prisa de vuelta a casa. Tenemos por delante 6 largas horas, y con el retraso acusado, llegaríamos a las 11 de la noche. Muy tarde para tener que levantarse uno pronto al día siguiente para ir a trabajar. Al hacer balance de todo, han sido muchos kilómetros, mucho dinero invertido, pero a la vez mucha ilusión de saber que el pádel está muy vivo en Europa. Y a nivel personal que siguiendo entrenando día a día, trabajando y corrigiendo errores, seguiremos mejorando el nivel. 1 gran placer compartir mis sensaciones de un gran torneo en el Blog de adidas padel.
Nos vemos en Alemania!