Cómo realizar las transiciones de ataque y defensa en pádel

El movimiento por la pista es un elemento del juego tan importante como el golpeo de la bola. Estar donde hay que estar es fundamental en cada momento. En ese sentido, las transiciones son uno de los aspectos más complejos. Consisten en el movimiento desde la posición de defensa a la de ataque o viceversa.

En este artículo repasamos los consejos que dan nuestros monitores adidas para aprender, mejorar o perfeccionar esta faceta del juego.

El tiempo y la posición para realizar las transiciones

Lo primero que hay que tener claro para realizar buenas transiciones es cómo se distribuye la pista. La zona de defensa consta del espacio entre la línea de saque y el fondo de pista. La de ataque es la más cercana a la red. Por último, la de transición comprende desde la línea de saque y hasta unos 3 metros aproximadamente antes de la red. Se llama de transición porque es por donde debemos pasar para pasar de una zona a otra. En ella debemos permanecer el menor tiempo posible, ya que es una zona en la que quedamos expuestos.

Puede ocurrir que nos veamos obligados a golpear una bola en esa zona. Al no estar en una posición cómoda, en ella realizaremos los llamados golpes de transición. Son los que nos ayudan a pasar de una fase a otra a lo largo del punto. Es decir, nos permiten realizar una transición.

El objetivo de estos golpes es ganar la red cuando venimos de la posición de defensa o poder retroceder con garantías en una situación comprometida que nos obliga a perder la red debido a un buen golpe del rival.

En los golpes de aproximación a la red lo que buscamos es incomodar al rival sin arriesgar demasiado para poder avanzar en la pista y continuar con el punto desde una posición que nos da la ventaja.

Transición tras saque

Hay una situación de transición muy específica y que se da en todos los puntos: la subida a la red tras efectuar un saque. Es de vital importancia llegar con confianza a la primera volea tras realizar nuestro servicio. Para ello es importante tener en cuenta nuestro estado físico y nuestro nivel de juego, que determinan cómo debemos actuar.

Un saque realizado con mucha fuerza y velocidad llega muy rápido a la pala de nuestro rival y puede propiciar que su resto sea también rápido. Lo que buscaba un error del rival puede suponer que me toque golpear la bola a mitad pista, en una zona de transición. Entonces, ¿qué es mejor?

En ocasiones, un saque bien colocado o con un buen efecto me puede dar más ventaja que un saque rápido y potente. Un saque de este tipo dificulta igualmente al rival y me permite llegar a una posición cercana a la red desde la que golpear más cómodo y empezar el punto con la iniciativa.

Recomendaciones a seguir en las transiciones

• Evita jugar en la zona de transición. Sal de ella a la primera oportunidad.
• No arriesgues mientras estés en la zona de transición. Juega golpes sencillos que puedan incomodar al rival.
• Observa constantemente dónde estás jugando y corrige la posición.
• Usa referencias que nos de la pista (cristal, farola y sobre todo postes de la malla metálica) para ayudarte a estar bien colocado. Marca mentalmente la zona de transición para mantenerte en ella lo menos posible.
• Habla con tu pareja sobre la colocación ideal en pista en caso de duda.
• Si por condición física no te queda más remedio que adaptarte a jugar en esta zona, trata de entrenar bien. Domina golpes como la bandeja, la volea baja a los pies y el bote pronto.
• Valora la velocidad y fuerza que le imprimes a tu saque en función de tu condición física y técnica. Para comprobar que es la adecuada, debes poder llegar a una posición cercana a la red antes de que el rival te devuelva la bola.