Cómo elegir tu pala ideal
La pala es la herramienta principal que todos conocemos, la que nos permite participar en pádel. Estas pueden parecer muy similares, pero dependiendo de varios factores que la conforman podemos hacer que nuestro juego sea mejor o peor. Evidentemente, la agilidad y el esfuerzo son un gran porcentaje de la fórmula para el éxito, pero sin la pala no hacemos nada. Así pues, hay que saber que según el nivel de competición al que nos enfrentemos, y dependiendo de nuestro propio nivel como jugadores, nos convendrá más una pala u otra.
Hay varios factores que debemos tener en cuenta, ya que nos ayudarán a saber cuál es la pala ideal para nosotros. Entre los más importantes, vamos a analizar la forma, el peso y la dureza.
Según la forma.
Entre las formas, las palas pueden ser diamante, redonda o lágrima.
Las palas con forma de diamante
Están diseñadas para tener una mayor potencia de impacto gracias a que el peso se encuentra en la parte superior, que es la parte más ancha de entre los tres tipos.
Las palas redondas
Suelen ser las más ligeras, pues sitúan su peso casi en la empuñadura, en la parte más baja.
Las palas en forma de lágrima
Son fácilmente reconocibles, pues su nombre indica de antemano su forma. Es una mezcla entre la pala redonda y la diamante, convirtiéndola en una de las más polifacéticas.
En cuanto al peso de la pala,
Dependiendo de si es ligero o pesado, los movimientos y los juegos que realicemos serán de una manera u otra. Hay que tener en cuenta nuestra condición física y nivel de juego para elegir la que sea más adecuada.
Palas ligeras, ideales para aquellos iniciantes en pádel, pues permiten un aprendizaje más fácil y cómodo, dejando libertad de movimiento, más rápidos y fáciles de manejar.
Palas pesadas, que ofrecen un impacto mucho más potente, aunque pueden resultar más difíciles de manejar. Lo habitual es que sean jugadores de alto nivel los que hagan uso de estas palas.
Por último, hablando de la dureza, existen las palas duras y blandas.
Aquellas duras suelen ser las más duraderas, pero es aconsejable que solo aquellos jugadores con una buena condición física hagan uso de las palas duras, pues sino pueden resultar contraproducentes para el juego.
Las blandas, por su parte, suelen tener una vida mucho más corta. Su ventaja es que tienen una gran salida de bola, aunque resultará más complicado mantener el control que con una pala dura.
Por tanto, la próxima vez que vayas a elegir tu pala, repasa cada uno de los puntos y si es posible, haz alguna prueba con ellas para llevarte a casa la que te permita avanzar y mejorar en tu juego.