Un día más es un día menos

Así definiría lo que pienso cada jornada de entrenamiento, cada día de trabajo y sacrificio por cumplir mi gran sueño; ser jugador profesional de pádel.

Desde pequeño he tenido muy claro que quería dedicarme al pádel  ya que este me hacía mucho más feliz que practicar otros deportes como el tenis y el fútbol.  A día de hoy estoy muy orgulloso de la decisión que tomé en su día y no me arrepiento en absoluto. Para mi el pádel supone una forma de vida, cosa que muchos dirán pero en mi caso es real al 100%. Desde que me levanto hasta que me acuesto estoy pensando en como estoy físicamente, analizo mentalmente los entrenamiento diarios, salgo rápido del colegio para ir a entrenar y al gimnasio, pendiente de tomarme todos los suplementos que me ayuden a soportar el desgaste que supone entrenar todos los días y cada uno de ellos como si fuera el último. Y finalmente ponerme a estudiar después de cenar intentado no dormirme encima de los libros...

Me considero muy afortunado por la gente que me rodea. Como muchas veces he dicho, mi familia está en las buenas y en las malas, están para celebrar mis éxitos y para llorar conmigo en las derrotas, están para felicitarme por mis buenas decisiones y para decirme en lo que me estoy equivocando, en definitiva, para todo.

Tengo los mejores entrenadores que puedo tener, a los que nunca sabré como agradecer tanta entrega para que juntos como equipo lleguemos a lo más alto. Ellos me dan oportunidades increíbles como es entrenar con los mejores del mundo, que además de jugadores son personas excepcionales: Ramiro Moyano, Aday Santana, Javier Concepción, Maxi Grabiel, Alvaro Cepero ... Tengo la gran suerte de poder aprender infinitas cosas de cada uno de ellos, y no solamente de sus actitudes en pista y sus facetas de su juego sino hechos que van mucho más allá. Valores como el sacrificio, la humildad, la ambición y el trabajo que llevan a sus espaldas para llegar donde están. Sin olvidarme de mi gran amiga Martita Ortega, una persona increíble, compi en el adidas Team y muchos años juntos compartiendo una bonita amistad. Ella es otro gran ejemplo a seguir, de bien pequeña luchando y sacrificándose por lo que más le gusta y los resultados allí están para la futura número 1 del padel femenino.

Del mundo del pádel me quedaría con todo lo que me aporta y supone para mí. Gente increíble que he conocido durante todos estos años de convivencia en multitud de torneos y que a día de hoy son muy importantes en mi vida.  Mi club me respalda y me tratan siempre como el campeón que todos desean que sea. Me apoya la mejor marca posible, adidas padel, que además de ser una grandisima marca que se lo curra muchísimo hay mucha gente detrás que son grandes personas y me dan todo lo que necesito. Así que... ¿que más puedo pedir?

Está claro que con la edad que tengo me duele saber que me pierdo bastantes cosas de mi adolescencia por dedicarme al pádel. Son muchos viajes, muchos fines de semana llegando pronto a casa para entrenar al día siguiente mientras que todos mis amigos se van de fiesta, comidas familiares ... Pese a ello, sé que es otra gran decisión seguir sacrificando algunas cosas por seguir haciendo lo que más me gusta, jugar a pádel. Estoy convencido de que dando todo de mí todo llegará y podré estar orgulloso de todo el sacrificio realizado. Sé que llegar arriba no es nada fácil pero estoy dispuesto a seguir trabajando duramente para conseguirlo en un futuro. Hay que tocar con los pies en el suelo pero al mismo tiempo mantener esa motivación que hace que diariamente quiera seguir luchando por mis sueños.