Cómo hacer frente a un oponente superior

La técnica y la destreza que tengamos en la pista son dos puntos fundamentales que siempre nos serán beneficiosos para conseguir la victoria, pero hay otros factores más imprescindibles todavía: la seguridad y la confianza en uno mismo. Estas son decisivas para vencer, pues una muestra de confianza es muchas veces motivo suficiente para que nuestro propio cuerpo reaccione de forma correcta ante las dificultades.

Si pasáis alguna vez por un partido en el que consideréis que vuestro rival tiene todas las de ganar, recordad que la habilidad de juego no es la única baza. Estos son varios puntos clave para hacerle frente:

• Mentalízate. Antes de empezar hay que hacer un gran ejercicio mental y jugar con confianza en uno mismo, considerando que pese al nivel superior del oponente, las posibilidades propias de ganar son reales. Nunca hay que pensar que no vamos a ganar de entrada, o que es algo imposible, pues esto puede desmoralizarnos y acabar con las ganas de simplemente intentarlo. Y lo más importante es que, incluso una vez haya dado comienzo el juego, si este no avanza a nuestro favor, no perder dicha motivación.
• Improvisa. Si ves que tu técnica habitual no es suficiente, opta por cambios y nuevos métodos, estos pueden confundir a tu rival y te ayudarán a saber en qué momentos tu ataque y defensa son eficientes. Háblalo con tu compañero, probad cambios de posiciones, de ritmos. Tomando caminos que sean inesperados ralentizaremos el tiempo de adaptación de nuestro contrario.
• Observa. Estudia con detenimiento las debilidades y las fortalezas de tu contrincante. Como cualquier jugador, tendrá sus golpes mejores y peores, puntos fuertes y débiles, y es ahí donde obtendremos una información clave para saber dónde atacar y dónde reforzar nuestro juego.
• Céntrate. Cada punto que está en juego es único, y debemos pensar en ellos de forma individual para dar nuestro máximo potencial. Si perdemos un punto, no debemos malgastar el tiempo del siguiente repasando qué hemos hecho mal o machacándonos por haberlo perdido. Pensar en negativo nos llevará a la desconcentración, entrando así en un círculo vicioso que nos irá haciendo caer en picado.

En definitiva, mentalizándonos en la victoria, observando qué es lo que nuestro oponente hace bien y hace mal, tratando de improvisar si vemos que nuestro ritmo habitual no es suficiente, y mirar hacia delante incluso si hemos perdido un punto, podemos remontar la jugada y ganar.

Pero sobre todo, disfrutar del juego y actuar con deportividad son dos mandamientos que debemos llevar siempre por delante.